Desenmascaramiento

 

Parece que la humanidad haya perdido la capacidad de pensar en sus gravísimos y urgentes problemas. No es de extrañar vista la inmensa cantidad de ilusiones y de mentiras a las que está sometida. Visto que las soluciones ofrecidas a sus problemas no consiguen remediarlos, conviene reflexionar con mayor hondura.

Si las soluciones que son ofrecidas al hombre en la sociedad fuesen eficaces, hace ya miles de años que no existiría el tipo de realidad que sufrimos. Desde hace milenios, según la historia conocida, nos son ofrecidas soluciones vitales en el ámbito del esoterismo, la política, la filosofía, la ciencia, las religiones… que no han dado resultados sino que, periódicamente, el hombre ha debido enfrentarse a diversas hecatombes y a un comenzar de nuevo desde cero por haberse acumulado la maldad y el caos en grado excesivo.

¿Nadie quiere tener la valentía de ver que la única razón válida de esta situación es que casi todos nuestros conocimientos están truncados, tergiversados, mistificados…?

Si esto es así, estamos en presencia de una cultura donde ninguna de sus instituciones es capaz de descubrir con firmeza y claridad lo que ocurre. Una cultura absolutamente miope cuya conciencia colectiva es incapaz de verse como profundamente enferma, irreal y alejada de lo divino.

¿Habrá que buscar un conocimiento que, sin despreciar todos los demás conocimientos en aquello que tienen de bueno y útil, lleve a la esencia del hombre por el auto-conocimiento de sí tal como recomendaban todas las auténticas Escuelas de Misterios que han sido a lo largo de la historia de la humanidad?

 

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