Existen multitud de indicios que nos hacen sostener y ser conscientes que la verdad relativa a la disparidad entre nuestra naturaleza y la verdadera naturaleza espiritual original del hombre nos ha sido sustraída. Los motivos pueden ser muy diferentes y darían pie ellos solos a un artículo nuevo. Es como si toda la cultura y todo lo que ella comporta -sobre todo la cultura más difundida oficialmente- hubiese realizado una labor de hipnosis con la humanidad para cegarla ante esta verdad.