Lao Tse. Tao Te Ching. Capítulo VII

La Naturaleza es eterna debido a que carece de conciencia de sí misma.
De este modo, el sabio:
Se sirve a si mismo en último lugar, y se encuentra atendido;
Observa a su cuerpo como accidental, y encuentra que resiste.
Debido a que no atiende a su Ego, éste se encuentra satisfecho.

Lao Tse. Tao Te Ching. Capítulo VII

El abandono del yo es la base de todo desarrollo espiritual,  la base de toda iniciación en los Misterios, la base de toda consecución del nacimiento y desarrollo del alma.

El yo se compone de aquello que es instintivo-motor, de aquello que es emocional y de aquello que es mental.

Mientras perseguimos todo aquello que es necesario en la vida nuestro polo magnético se encuentra en la dimensión horizontal. Su resultado no puede ser otro que más apego a la vida porque nuestro yo se encuentra enfermo por siglos y siglos de egoísmo, de ambición, de individualismo, guerras, violencia, exclusiones… A esto se le llama el falso yo.

Sin embargo, si, aparte de cumplir todos nuestros deberes con perfección, ponemos nuestro deseo en el Reino de Luz nuestro polo magnético mira a la formación del Cuerpo de Luz. Es la persecución del Despertar, de aquello que se llama la Vida Eterna, el Nirvana, la Salvación, la Liberación que requiere, sin embargo, cumplir bien nuestros objetivos de vida.

Abandonamos el falso yo y estamos desapegados de todo lo que realiza el yo cuando imitamos la conducta del sabio:

el sabio:
Se sirve a si mismo en último lugar, y se encuentra atendido

Cuando nos olvidamos de servirnos a nosotros mismos se opera el milagro de que no nos falta nada; lo primero el amor de todos aquellos a los que damos nuestra atención y nuestra vida.

Observa a su cuerpo como accidental, y encuentra que resiste.

La obsesión por el cuerpo, el hablar constantemente de enfermedades, el miedo a todo lo que nos rodea, es el gran factor que disminuye nuestra vitalidad. Hemos de cuidarnos de verdad con una vida sana y equilibrada tanto en el ejercicio como en el alimento, pero el principal cuidado es ver al cuerpo como instrumento, someterlo a disciplina y no identificarnos con él.

Debido a que no atiende a su Ego, éste se encuentra satisfecho.

He aquí la maestría que resume todas las demás. La muerte del Ego como condición de toda iniciación, pues escrito está. «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere no da fruto.«

2 comentarios en “Lao Tse. Tao Te Ching. Capítulo VII

  1. Juan..

    Que cada mes del año te de las oportunidades necesarias de desprendimiento
    sinceridad, honestidad, espontaniedad y servicio en la misericordia.

    ¿MUY FELIZ 2011!

    Un fuerte abrazo.

  2. Estimada Olga:

    Es mi deseo que obtengas todo bien, que es lo que los Evangelios prometen a aquellos que persiguen el Reino y su justicia.

    Gracias por todo.

    Un fuerte abrazo

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