Cada uno debe buscar, juzgar y elegir lo que crea mejor para la tri-unidad de espíritu-alma-cuerpo. Cada buscador debe ver entre las diferentes doctrinas o escuelas, si una determinada es aquella en la que encuentra su camino. Cada uno es responsable de sus creencias y actos, como explico en la portada de Hollar el Sendero y como es lógico suponer.
No obstante, a una persona sola acelerar las vibraciones del campo magnético espiritual propio y alcanzar la Liberación o Nirvana le resulta en la práctica extraordinariamente difícil. Incluso cuando se pertenece a una Escuela, aún siendo ésta una verdadera Escuela de Liberación es una tarea de gran sacrificio, pureza y entrega. Aunque en este caso, cuando libre, decidida y convencidamente se acepta estar en una escuela verdadera, existe la posibilidad, siempre que uno se comprometa y realice el esfuerzo necesario al servicio de la Divinidad y de los demás.
Una Escuela es auténtica cuando posea la Enseñanza Universal, Sagrada o Arcana. En ella, si se esfuerza uno por ponerla en práctica con absoluta sinceridad y sacrificios, dando muerte al yo, practicando el desapego y la benevolencia, puede que se una a esa Barca Celeste de Salvación y se una a la cadena Universal Crística que ha existido a lo largo de milenios.
Cada uno puede discernir esa Escuela si tiene la capacidad de reconocerla como tal Escuela verdadera. De nada vale que alguien recomiende o aconseje que ésta o esta otra escuela es verdadera. Tiene uno que verlo interiormente. Esto quiere decir que no se puede enseñar el conocimiento objetivo, aunque los escritos de auténticos hombres sabios pueden ayudarnos. El conocimiento objetivo es la Gnosis y, la Gnosis, es la Onnisciencia que se comunica a quien la realiza en el cuerpo de luz. No consiste ni en palabras ni en libros. Es el propio Espíritu Universal o Espíritu Santo (en terminología cristiana) quien la comunica. Es la realización del Hijo en Nosotros.
De este modo, un camino hay que conocerlo y practicarlo, ya que se trata, como digo, de elevar las vibraciones y fabricar el cuerpo de luz y eso no se puede hacer dentro de las bajas vibraciones biológicas y culturales de nuestro mundo natural; las vibraciones de la materia que forma nuestro macrocosmos natural no son suficientes: De la muerte no nace la vida.
Aunque alguien nos diga que una escuela es verdadera podríamos negarlo al ver las exigencias del Camino que son muy severas o al no poder comprender esa escuela ya que cada uno tiene un grado de ser diferente y el grado de ser da el grado de comprensión. Por ello, nadie nos puede sustituir en esta tarea de buscadores prudentes, libres y responsables.
Cierto, cada uno debe leer, estudiar y comparar para saber donde reside la verdadera utilidad de las enseñanzas
con la libertad merecida que nace del Corazón.
Gracias por el comentario, Olga.
En efecto, nada tiene valor si no nace de la verdadera virtud del corazón.
Un fuerte abrazo.
Esta entrada no la había leído por eso me quedo aquí.
La vida es la universidad en la que, cada día, vamos aprendiendo un poco más, con los errores, en el caminar, con cada caída, con cada peldaño.
Un beso.
Gracias, María. Llevas mucha razón. Aprender de la experiencia.
Se me había pasado este comentario.
Un abrazo.