La realización de la felicidad.

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La felicidad es sin duda la realidad más difícil de conseguir. Evidentemente no me refiero a ciertas «felicidades» bastante accesibles que nos rodean.

La verdadera felicidad es la consecución más esquiva y la que perseguimos en el fondo de cada actividad o proyecto. Es lo que perseguimos siempre de alguna manera. Pero… ¿qué es?

He aquí la cuestión. Adopta mil disfraces: dinero, éxito, afectos, sexo, poder, placeres de todo tipo, salud…  A estos disfraces que la imitan se enfrenta el ser humano cuando quiere saber qué es la felicidad.

Pero… ¿Por qué queremos saber lo que es? Para poder dirigirnos a ella. Sin embargo, esta última pregunta así como la respuesta implican que no poseemos este bien tan deseado porque, en caso de tenerla, no necesitaríamos ya plantearnos esta cuestión, ni perseguirla. Ya la tendríamos. Nos identificaríamos con ella. Seríamos la propia felicidad con todo nuestro ser.

Normalmente, creemos saber lo que es tener algo de verdad y no es así. Poseer algo de verdad es que lo seamos plenamente; es identificarnos totalmente (hacernos uno) con esa realidad.

Evidentemente nada exterior nos proporciona este bien supremo. En primer lugar, porque todos somos imperfectos y no podemos satisfacer plenamente ninguna aspiración de plenitud de otros; siempre fallaremos en algo, siempre decepcionaremos o nos decepcionarán en algo. Nada exterior puede acceder al espíritu, sólo lo espiritual. Todas las cosas que conocemos son limitadas por definición, ya que en caso contrario no se podrían conocer ni definir al no tener límites. Serían lo absoluto.

Nuestro corazón en el fondo aspira a algo así.  Siempre nos queda la búsqueda y, en medio del camino, saborear algún que otro acercamiento o imitación de la auténtica felicidad.

Para mí la felicidad plena empieza en el interior más profundo del corazón, una vez depurado de todos sus egoísmos. Pero depurar el corazón de todos sus egoísmos no se puede hacer sin depurar al mismo tiempo la mente, el yo, el ego que forma una unidad con los deseos del corazón. Por aquí caminan las pistas a seguir para esta empresa de encontrar la llamada felicidad.

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