Ética cristiana y ética pagana

EticaCristiana
Al hablar de ética cristiana y de ética pagana hay que situarlas en el espacio y el tiempo, por un lado, y, por otro, en la profundidad de su comprensión y transmisión. Es decir, no es lo mismo una ética cristiana del siglo I que la de ahora o la de los años 50 en Europa, por ejemplo. No es lo mismo una ética cristiana dentro del catolicismo oficial que la misma ética calificada de cristiana dentro del catolicismo progresista; tampoco lo es la del cristianismo perteneciente a la iglesia ortodoxa o la de algunas de las llamadas iglesias

protestantes o de la Iglesia Anglicana, etc. Esto en cuanto al tiempo y el espacio. Lo cual se complica también si tenemos en cuenta cómo han ido evolucionando cada una de estas iglesias a lo largo del tiempo

desde su constitución primigenia. Si tenemos ahora en cuenta el aspecto de la profundidad de su transmisión, en relación con la persona y la comprensión de la ética y la cosmovisión religiosa que esta persona tiene, aún es mayor la variedad de cristianismos y de paganismos. No comprende igual el mensaje de Cristo un místico como Tauler, San Juan de la Cruz o Santa Teresa que un cristiano normal, medio ignorante de su fe y con una comprensión de Dios puramente externa; cristiano que, normalmente, no ha sentido nunca ningún tipo de compresión interna que proporciona convicción en la fe y fuerza de evidencia para clarificar las posibles contradicciones teóricas. Esto, naturalmente, no excluye la búsqueda y el estudio que es necesario hacer en todas las religiones y enseñanzas místicas.

Me refiero al aspecto exotérico y esotérico o soteriológico o místico de la fe, y de la ética a ella conectada pues, expresado en lenguaje antropológico, toda cosmovisión tiene una ética conectada.

Con el paganismo ocurre igual. Pagano procede del latín pagus (campo). Pagano significó, en sus orígenes, campesino o aldeano. La resistencia de estas áreas rurales a adoptar el cristianismo hizo que el término se usara para denominar a los no cristianos, adquiriendo un valor peyorativo. ¿Pensamos al decir “paganos” en un paganismo iletrado y en personas no purificadas en sus costumbres y en su modo de vida, más cercano al trabajo puramente físico, y que no tienen, a veces, sentido de lo elevado mental, emocional, etc. o pensamos en personajes antiguos como Pitágoras, Platón, etc.? Pues bien es sorprendente saber que muchos de las personas iniciadas en los misterios de Eleusis o de en la religión Órfica en Grecia o bien en los misterios que se celebraban dentro de las Pirámides egipcias, tenían creencias tanto cósmicas como éticas que, si se comparan con las cristianas profundas, tienen una gran coincidencia esencial: Hermes, o sus enseñanzas, Pitágoras, Sócrates, algunos Estoicos antiguos, etc.

Citaré los “Versos áureos” de Pitágoras. «Honra, en primer lugar, y venera a los dioses inmortales, a cada uno de acuerdo a su rango. Respeta luego el juramento, y reverencia a los héroes ilustres, y también a los genios subterráneos: cumplirás así lo que las leyes mandan. Honra luego a tus padres y a tus parientes de sangre. Y de los demás, hazte amigo del que descuella en virtud.»

Ni siquiera veo procedente distinguir entre paganos y cristianos en este sentido al que me estoy refiriendo de profundidad esencial de creencia y comportamiento vital creyente. La única diferencia que veo es la que existe entre el hombre terreno y el hombre celestial tal como han afirmado entre otros San Pablo, la Gnosis cristiana, Confucio, el Taoismo, el Hinduismo primigenio, el Budismo, etc. cada uno a su modo. Vemos, entonces, que existe acuerdo entre los llamados “paganos” y los cristianos auténticos. Es decir, acuerdo entre los hombres que se purifican en conocimientos y en virtudes y procuran la unión con el Espíritu Absoluto o Padre del Cosmos. Por otra parte, también existe una consonancia esencial de ser y de vida entre los hombres que viven desde su naturaleza más bien animal en el sentido de obedecer a pasiones bajas, animales o irracionales y no al sentimiento de bondad, hermandad, etc.

Estos hombres carnales obedecen mayormente a sus instintos, aunque tengan un pequeño yo apenas racional mezclado con lo que los orientales llaman «Kama» o pasiones que le llevan a toda clase de excesos egoístas.

Cito ahora un pasaje de la enseñanza de Buda y un comentario (no mío) sobre él: «Conoce los sufrimientos, abandona sus orígenes. Alcanza las cesaciones, medita en los caminos».

”Las cuatro nobles verdades pueden comprenderse y practicarse a diferentes niveles. De forma directa o indirecta, todos los ejercicios de Dharma están contenidos en la práctica de las cuatro nobles verdades. A un nivel básico, podemos comenzar esta práctica reflexionando sobre los sufrimientos causados por el odio. El odio no sólo destruye la paz interior del individuo, sino también la del mundo entero. La causa principal de las dos guerras mundiales y de todas las demás guerras que están teniendo lugar a lo largo de todo mundo es el odio. En menor escala, el odio destruye nuestras relaciones espirituales, nuestra reputación y la armonía familiar y comunitaria. La mayoría de las contiendas, así como de las dificultades cotidianas con nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo, son producidas por el odio. La raíz de toda nuestra felicidad futura son nuestras.” Es decir, entre los cristianos y los no cristianos, que pueden ser considerados personas que no se preocupan por el desarrollo de su intelecto y de sus virtudes en la búsqueda de la verdad interior y en la armonía y amor con sus semejantes, no existiría una diferencia esencial. Por otra parte, la diferencia entre los grandes iluminados o los que se acercan a ellos (iniciados o discípulos de la verdad) tanto cristianos como budistas como sufíes como taoístas como hebreos, etc. tampoco existiría esencialmente. Por otra parte, la Biblia es una recopilación de relatos anteriores tomados en parte de las escrituras caldeas. Por ejemplo el “Libro de los Números” caldeo. El idioma de los Iniciados era en tiempo de Moisés idéntico al de los Hierofantes Egipcios. Por tanto, es necesario ir más allá de todas estas confrontaciones realizadas sin dilucidar los planos en los que se dialoga y que no distinguen planos históricos, influencias de una raíz común antiquísima que están en todas las religiones y, por supuesto, condenar por igual la brutalidad en cualquier religión, que siempre es producto de la ignorancia y del fanatismo. Sea en los paganos o en los cristianos o en los islámicos o en los hebreos, Es necesario buscar la raíz común de todas las religiones y buscar en lo que enseñan las personas realizadas en la mente y el sentimiento superior que superan toda dualidad y se mueven en el terreno del amor absoluto a todo lo viviente. Es necesario huir de aquellos que, bajo la capa de un barniz intelectual incompleto y una formación no equilibrada no profundizan, no distinguen y no comprenden en profundidad y con amor universal.

6 comentarios en “Ética cristiana y ética pagana

    1. Sí; y esas diferencias de los ciclos nunca nos han de hacer olvidar la gran diferencia o diferencia esencial a la que se refiere en todos los tiempos la Sabiduría Universal de todos los pueblos y que expresa Pablo cuando habla del hombre terreno y del hombre celestial.

      Gracias por el comentario, Olga. Un abrazo.

  1. Sí; y esas diferencias de los ciclos nunca nos han de hacer olvidar la gran diferencia o diferencia esencial a la que se refiere en todos los tiempos la Sabiduría Universal de todos los pueblos y que expresa Pablo cuando habla del hombre terreno y del hombre celestial.

    Gracias por el comentario, Olga. Un abrazo.

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