Tao es una nave sin fondo;
Usado por sí mismo, no se llena con el Mundo;
No puede ser cortado, limitado, ocultado o inmovilizado;
Sus profundidades están escondidas, ubicuo y eterno;
Desconozco de donde proviene;
Llegó antes que la Naturaleza.

Lao Tse. Tao Te Ching. Capítulo IV

«Tao es una nave sin fondo«; bella y profunda imagen en la que nuestra mente y sentimiento intuitivo se adentran. Podemos decir usando la frase de Tineo de Locrais «Dios es un circulo cuyo centro ésta en todas partes y la circunferencia en ninguna«, que eso es el Tao, pues se trata del canto al Infinito que realizó el Sabio Lao Tse.

Es, en efecto, Algo que «no se llena con el Mundo«, donde el mundo es entendido no como la Tierra sino en el sentido del Universo.

«No puede ser cortado, limitado, ocultado o inmovilizado;«. Cuando meditamos este verso nuestra mente salta de nuevo a lo insondable. Al no ser cortado, no es material. Al no poder ser limitado, sus «límites» huyen al Infinito y con ellos nuestra mente en gozosa expansión. Al no poder ser ocultado, nos encontramos, de pronto, inundados por el Uno, el Absoluto luminoso o el Ser que se desborda por doquier tras el velo de toda existencia. Al no poder ser inmovilizado, nuestra mente juega con el movimiento continuo y total de ese Dios que no podemos abarcar.

«Sus profundidades están escondidas, ubicuo y eterno;
Desconozco de donde proviene;
Llegó antes que la Naturaleza.«

Profundidad desconocida, ubicuidad de ningún lugar y de todos. Eternidad.

¿De donde proviene lo que no proviene? Si proviniese de otro ser habría algo anterior y no sería el Tao, no sería Dios.

Por tanto, «Llegó antes que la Naturaleza.»